martes, 16 de octubre de 2012

Travesía sobre ruedas con Devotchka y Sufjan Stevens

              
Tal vez Little Miss Sunshine no nos marcó del mismo modo a todos, pero sí cabe destacar que supuso un auténtico sleeper hit dentro del mundo del cine. Un término que los anglosajones usan para referirse a una película modesta –en cuanto a presupuesto– que consigue un inesperado éxito en las salas de todo el mundo. Para aportar tan sólo unas cifras: Little Miss Sunshine obtuvo más de 100 millones de dólares en ganancias por todo el mundo, superando extraordinariamente su inversión de 8 millones.

Y es que tan buena acogida por parte de público y crítica no puede ser casualidad. Los Hoover son una familia de lo más insólita que, con el objetivo de cumplir el sueño de la pequeña Olive -ser reina de la belleza Little Miss Sunshine- pondrán rumbo a una auténtica odisea hacia el Oeste que indudablemente ayudará a cambiar las vidas de todos ellos en muchos sentidos. Sin duda, las hilarantes situaciones que vivirán los Hoover en su vieja Volkswagen Combi, elemento clave en el film, perdurarán intactas en la retina de los espectadores durante mucho tiempo. No dejaran a nadie indiferente.

Little Miss Sunshine (2006). Directores: Johnathan Dayton y Valerie Faris

Pero si por algo rememoramos esta película es por dos grandes razones: Devotchka y el cantautor Sufjan Stevens, cuyas canciones aparecen en la banda sonora de la película y degustamos escena tras escena. Tanto uno como otro se mueven dentro del género del indie folk, aunque tal vez Stevens sea conocido por sus composiciones más experimentales e impregnadas por más estilos como el rock o el pop barroco, exhibiendo así un sonido más psicodélico con violines, chelos, flautas, trompetas, arpas y otros instrumentos de protagonistas.

De Devotchka se nos ofrecen grandes canciones de sus álbumes How It Ends y Una Volta como por ejemplo “You love me”, “How it Ends” y “La Llorona”. Arrastradas por una voz vibrante, que parece que pida auxilio, y acompañada de persistentes latidos misteriosos y un tanto exóticos (piano, acordeones, tubas, contrabajos y trompetas) es difícil imaginar un álbum menos preparado para el sentir cinematográfico. Se trata de un sonido épico, cuya grandeza no necesita megáfonos ni estruendosos altavoces, cada canción es como un estallido casi orquestal que se va construyendo poco a poco. La esencia de Devotchka también permanece en otras partituras creadas junto al compositor Mychael Danna. Así lo demuestran "The Winner Is", "Til the End of Time”, “First Push” o “Let’s Go”.



Aderezando el repertorio musical de este film nos encontramos con otro ingrediente fundamental: Sufjan Stevens, un cantante y compositor que nos deleita con piezas como “Chicago”,  himno del álbum Illinois o “No Man’s Land” de The Avalanche.  Este músico de Detroit se marcó un objetivo dentro de su carrera profesional, considerándolo más una idea romántica que una meta real: dedicar un álbum para cada uno de los 50 territorios que conforman los Estados Unidos. Aunque se trate de un truco promocional tal vez se esconda algo de cierto, puesto que de momento ya podemos disfrutar de los sonidos de sus Michigan e Illinois



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