Tras las vacaciones de Navidad vuelven
las críticas de las películas que nos han sorprendido durante estos días. Hoy
hablamos del filme francés "De óxido y hueso" (De rouille et d’os), dirigido por Jacques Audiard y
protagonizado por Matthias Schoenaerts
y Marion Cotillard, una historia de
amor sin aditivos ni edulcorantes, filmado desde un punto de vista más bien
amargo y realista que va más allá de un simple relato encasillado en los
parámetros de siempre. Se trata de un relato donde el sufrimiento, la esperanza
y la redención también tienen un rol especial pese al papel protagonista del
amor, que surge en los momentos más insospechados y entre dos personajes que
aunque a simple vista muy opuestos tienen más en común de lo que parece.
De óxido y hueso (De rouille et d'os) 2012 - Director: Jacques Audiard |
Ali (Matthias Schoenaerts) es un
boxeador que apenas siente afecto por su hijo, al que a la primera de cambio
endosa a una hermana a la que no visita desde hace mucho tiempo. Él tan sólo
tiene un objetivo en la vida: participar en peleas callejeras con el objetivo
de desprender la adrenalina y la violencia interior que le mantienen vivo.
Quien también necesita sanarse de un dolor emocional es Stepanhie (Marion Cotillard),
una domadora de orcas que tras sufrir un accidente durante una actuación, queda
en silla de ruedas. Los dos personajes cruzarán sus destinos estrechando lazos tan intensos que tal vez en otras
circunstancias hubieran sido inimaginables…
Audiard, con una brillante dirección,
consigue que el espectador no se ahogue en la tragedia de sus personajes y en
ningún momento se excede en el sufrimiento. El director tan sólo invita al
espectador a saltar las barreras y los límites de las situaciones más
asfixiantes. Y para ello la técnica en la película está extremadamente
calculada, no solamente con la fotografía de cada plano sino también con los temas musicales seleccionados para cada
escena.
Uno de los protagonistas de la banda
sonora de ‘De óxido y hueso’ es el grupo estadounidense Bon Iver, dueños de un estilo singular que mezcla el folk y el
género indie con una voz frágil perfecta para este filme. Nos deleitan con su
tema ‘Wash’ al tiempo que pasan los
primeros fotogramas de la película. Una canción que induce a relajarnos y dejar
la mente en blanco. La podemos encontrar en su álbum Bon Iver (2011). Más de esta banda de Wisconsin, podemos escuchar
otro tema de su álbum For Emma
(2008), ‘The Wolves (Act I and Act II)’.
Tal vez el álbum que recoja la mayoría de sus éxitos y el más alabado por la
crítica con piezas como ‘Flume’, ‘Skinny Love’ o ‘For Emma’. Sin duda un sonido singular, repleto de relatos quebradizos
donde los sentimientos tienen algo que contar. La guinda para un pastel que,
sinceramente, está “de cine”.
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