viernes, 11 de enero de 2013

Una jaula repleta de sueños

                     
En las nominaciones de los Oscars del año 1994, entre grandes películas conocidas por todos como ‘Forrest Gump’, ‘Pulp Fiction’ o ‘El Rey León’, apareció un nombre que hasta la fecha había pasado bastante desapercibido. Se trataba del filme Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption), un relato del novelista de terror Stephen King que un inexperto director llamado Frank Darabont decidió llevar a la gran pantalla. Resultado de este gran desafío fue un largometraje excelente, contado de una forma inteligente y brillante. Darabont demostró una seguridad y una ambición difícil de encontrar en cineastas poco experimentados, siendo finalmente ‘Cadena Perpetua’ su ópera prima.

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Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption) 1994 - Director: Frank Darabont









Esta adaptación del relato de Stephen King tal vez se trate de una de las mejores adaptaciones literarias que se hayan llevado a cabo en el séptimo arte. Un drama carcelario en el que, a diferencia de todos los que hayamos visto hasta ahora, los sentimientos, las virtudes y las miserias humanas se palpan a lo largo de toda la trama en forma de injusticia, traición, brutalidad, resignación…pero ‘Cadena Perpetua’ también combina estas sensaciones con otras como la esperanza, la lucha, la constancia y la amistad fraternal. ¿El mensaje que cala en el espectador? Nunca hay que rendirse porque la constancia y la superación personal siempre nos conducirán a la liberación (literalmente).



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Escena de 'Cadena Perpetua' con Tim Robbins y Morgan Freeman

‘Cadena perpetua’ es una fábula, donde la esperanza y la confianza en uno mismo pueden llegar a arrancar barrotes y derribar celdas.  Los protagonistas nos embelesan con unas actuaciones magníficas, tanto Tim Robbins en su papel de Andy Dufresne como Morgan Freeman interpretando a Red el mejor amigo de Andy en la cárcel.  También cabe destacar el trabajo especial de actores como Bob Gunton, en el papel del temible alcaide de la prisión, o del fallecido James Whitmore, como el recluso que lleva tantos años confinado que una vez fuera no consigue encontrar su lugar en la nueva sociedad que le rodea.

Como no podría ser de otra manera, mención especial a la banda sonora y los temas musicales que engalanan esta espectacular historia. El compositor Thomas Newman, nominado hasta 9 veces por mejor banda sonora en los Oscars, se encarga de hacerlo y aprueba con sobresaliente. Cabe destacar un diferente uso de los temas, con instrumentos de percusión, de viento o de cuerda, que combinadas con maestría tanto pueden transmitir la claustrofobia y la angustia de la vida en una celda como la esperanza, la ilusión y la vida que entra por las ventanas constreñidas de una cárcel. Algunos ejemplos los encontramos con temas tan distintos como "Shwashank Prison (stoic theme)", "Brook Was Here", "So was Red", "And That Right Soon" o "Compass and Guns".





Aunque todos estos temas sean instrumentales, a lo largo de la película también encontramos canciones originales interpretadas por grupos como The Ink Spots, un grupo vocal harmónico de doo-wop (una fusión de rythm&blues, gospel y soul) de los años 40 que nos da a conocer su tema más conocido 'If I didn't care". También podemos escuchar iconos de la música country como Hank Williams con su ritmo pegadizo y su forzados desafines al son de 'Lovesick Blues'. Por último, una especial mención a la música clásica que nos regala momentos sobrecogedores en la película como la escena en que Andy se encierra en el despacho del alcaide y conecta el megáfono para que todos los presidiarios escuchen "Le Nozze di Figaro" de Mozart.



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