Del anciano Alvin Straight y de su
máquina cortacésped quedó prendada la crítica cuando David Lynch presentó The
Straight Story (Una historia verdadera) en 1999. Richard Farnsworth, el
entrañable Alvin, se ganó una nominación para el Oscar a mejor actor.
La historia de Alvin Straight, un hombre
criado y curtido a la medida de Iowa (EE.UU.), es tan dura como asombrosa. Vive
con su hija discapacitada (Sissy Spacek) y, pese a sus incontables problemas de
salud, decide ir a visitar a su hermano Lyle a Wisconsin ya que éste ha sufrido
un infarto. Para ello, debe recorrer 500 kilómetros en una máquina cortacésped. The Straight Story muestra un largo
viaje lleno de sensibilidad, un último viaje en la vida de un hombre que no lo
ha tenido fácil y que ha aprendido a vivir sufriendo al mismo tiempo.
Esta vez, David Lynch volvió a
cautivarnos con una delicada banda sonora de la mano de Angelo Badalamenti.
Director y compositor ya habían trabajado juntos en la película Blue Velvet
(1986) y en la serie Twin Peaks (1990-1992), donde el segundo ya hizo gala de
sus dotes musicales.
The Straight Story cuenta con una banda
sonora inmejorable, todo temas instrumentales que consiguen surcar en el fondo,
que despiertan los sentidos de cualquiera y que invitan a cerrar los ojos y a
llenarse de genialidad. La guitarra (siempre presente) y el ritmo relajado
encajan a la perfección con la delicadeza de esta historia; por ello es difícil
hablar de una sola canción obviando el resto: "Country Theme", "Lauren’s walking", "Rose’s Theme" y "Country Waltz" son todas piezas de una gran revelación. Del mismo
modo que lo son Alvin, Badalamenti y la máquina cortacésped.
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