Tal
vez Little Miss Sunshine no nos marcó
del mismo modo a todos, pero sí cabe destacar que supuso un auténtico sleeper hit dentro del mundo del cine.
Un término que los anglosajones usan para referirse a una película modesta –en
cuanto a presupuesto– que consigue un inesperado éxito en las salas de todo el
mundo. Para aportar tan sólo unas cifras: Little
Miss Sunshine obtuvo más de 100 millones de dólares en ganancias por todo
el mundo, superando extraordinariamente su inversión de 8 millones.
Y es que tan buena acogida por parte de público y
crítica no puede ser casualidad. Los Hoover son una familia de lo más insólita que,
con el objetivo de cumplir el sueño de la pequeña Olive -ser reina de la
belleza Little Miss Sunshine- pondrán rumbo a una auténtica odisea hacia el
Oeste que indudablemente ayudará a cambiar las vidas de todos ellos en
muchos sentidos. Sin duda, las hilarantes situaciones que vivirán los Hoover en
su vieja Volkswagen Combi, elemento clave en el film, perdurarán intactas en la
retina de los espectadores durante mucho tiempo. No dejaran a nadie indiferente.
Little Miss Sunshine (2006). Directores: Johnathan Dayton y Valerie Faris
Pero si por algo rememoramos
esta película es por dos grandes razones: Devotchka
y el cantautor Sufjan Stevens, cuyas
canciones aparecen en la banda sonora de la película y degustamos escena tras
escena. Tanto uno como otro se mueven dentro del género del indie folk, aunque
tal vez Stevens sea conocido por sus composiciones más experimentales e
impregnadas por más estilos como el rock o el pop barroco, exhibiendo así un
sonido más psicodélico con violines, chelos, flautas, trompetas, arpas y otros
instrumentos de protagonistas.
De Devotchka
se nos ofrecen grandes canciones de sus álbumes How It Ends y Una Volta como por ejemplo “You love me”, “How it
Ends” y “La Llorona”. Arrastradas por una voz vibrante, que parece que pida
auxilio, y acompañada de persistentes latidos misteriosos y un tanto exóticos (piano,
acordeones, tubas, contrabajos y trompetas) es difícil imaginar un álbum menos
preparado para el sentir cinematográfico. Se trata de un sonido épico, cuya
grandeza no necesita megáfonos ni estruendosos altavoces, cada canción es como
un estallido casi orquestal que se va construyendo poco a poco. La esencia de
Devotchka también permanece en otras partituras creadas junto al compositor
Mychael Danna. Así lo demuestran "The Winner Is", "Til the End of Time”,
“First Push” o “Let’s Go”.
Aderezando el repertorio musical de este film nos
encontramos con otro ingrediente fundamental: Sufjan Stevens, un cantante y compositor que nos deleita con piezas
como “Chicago”, himno del álbum Illinois o “No Man’s Land” de The Avalanche. Este músico de Detroit se marcó un objetivo
dentro de su carrera profesional, considerándolo más una idea romántica que una
meta real: dedicar un álbum para cada uno de los 50 territorios que conforman
los Estados Unidos. Aunque se trate de un truco promocional tal vez se esconda
algo de cierto, puesto que de momento ya podemos disfrutar de los sonidos de
sus Michigan e Illinois.
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