Cuando en 2010 Jeff Bridges se alzó con su único Oscar por Crazy Heart no faltaron las grandes
ovaciones ni eternos aplausos por parte de todo el público reunido en el Teatro
Kodak de Los Ángeles. Sus compañeros de profesión, familiares, amigos y muchos
cinéfilos sintieron que se había hecho justicia premiando la brillante
interpretación que Bridges hizo de un cantante de country en horas bajas. Tras
haber esperado más de tres décadas desde su primera nominación a los premios,
el viejo Jeff ya tenía su merecido galardón.
No lo elogiaron sin razón alguna. Crazy Heart se trataba de un trabajo
excepcional, tal vez el mejor de su carrera donde retrataba de forma sincera y
cruda una historia simple: la decadencia de Bad Blake, una vieja estrella de
los escenarios que batalla por sobrevivir en un mundo que ya no posee lugar
para él. La dura vida del vaquero abandonado, el vivo
arquetipo de la américa que viste de cuero y lleva sombreros desaliñados…Un
Bridges alcoholizado, malviviendo en sus ya casi sesenta años, se nos presentaba
en Crazy Heart viajando de motel en
motel ofreciendo una serie de conciertos en solitario; el único modo de aliviar
su autodestructiva vida atado a su fiel botella de whisky. Pero en uno de los
tantos bares de carretera donde su efímera fama todavía persiste, conoce a
Jean (Maggie Gyllenhaal) una periodista local que trata de escribir sobre el
Bad que se esconde tras el cantante…
Crazy Heart muestra una historia agridulce, un retrato amargo de
un hombre solo, con pinceladas de drama familiar que vienen acompañadas de una
música memorable. En su banda sonora descubrimos al joven cantante de country
Ryan Bingham, que nos traslada con su guitarra a una inhóspita Texas con los
temas “I don’t Know” y “The Weary Kind” (Un
tipo fatigado). Ésta última valedora del Oscar, el Globo de Oro a mejor
canción original el año 2010, así como el Grammy a mejor canción escrita para
film, televisión y otras producciones audiovisuales. Bingham aprovechó el tirón
de sus composiciones para lanzar su tercer álbum Junky
Star, tal vez uno de sus trabajos más laureados junto con su segundo álbum Roadhouse Sun. En ellos, con el simple
rasgueo de una guitarra o la fuerza de toda una banda que lo acompaña, sus Dead Horses, Bingham se erige como un
observador sagaz capaz de retratar a los rebeldes y aquellos que están perdidos
en la vida. “The Poet”, “Self-Righteous Wall", “Hallelujah" o “All
Choked up Again” son algunos de los mejores relatos que salen de esta voz
rasgada y arrepentida. En Roadhouse Sun y
Mescalito (su primera incursión al
country), en cambio, Bingham nos
despierta de los melancólicos ritmos de su Junky
Star más sombrío, con un estilo más cercano al blues, de voz más poderosa y
con silbos de harmónica abriendo el paso a las leyendas de tierra árida.
Bingham es la energía necesaria para cualquier nómada en la carretera. Sin duda, nos hallamos ante un tipo fatigado por el talento.
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